Morsmorde
Los personajes de Harry Potter pertenecen a J.K. Rowling.
Morsmorde
Por Mirse
Con o sin mortífagos, con o sin recuerdos… Draco se sentía feliz compartiendo la vida con Harry.
Draco y Harry habían dormido lo suficiente en la tarde, lo que les permitió viajar alrededor de una hora sin cansancio. Draco se sentía más que cómodo, le gustaba viajar en escoba, le gustaba que Harry estuviera con él y le gustaba el paisaje.
Harry estaba nervioso. Tenía que notificar a la división de aurores de la presencia de mortífagos cerca de su cabaña. Sólo que tenía un par de problemitas… En el ministerio sabían perfectamente la clase de hechizos que protegían su morada, se preguntarían, investigarían y al final seguro que tendría que admitir que tenía a Draco Malfoy en su casa, después de eso sería explicar por qué tenía al heredero de la antigua dinastía en su cabaña y peor aún, tendría que explicar por qué lo tenía desmemoriado…
Harry empezó a descender en cuanto vio su objetivo. Draco sintió de nuevo pánico, la velocidad no le gustaba nada, “Aterrizar” – pensó – “Es la peor parte de volar”.
Después de ayudar a Draco, Harry también bajó de la escoba, dobló la capa de invisibilidad y tomó a Draco de la mano mientras con la otra sostenía la escoba y la capa.
¿Dónde estamos James?
- En la casa de un viejo amigo del colegio, te simpatizará – medio sonrió un cansado Harry.
- ¿Y crees que yo les simpatice? – Draco levantó la mirada para fijarla en los ojos de Harry – después de todo, a tu otro amigo, el pelirrojo… no le simpaticé nada…
- No te preocupes, estás conmigo.
Tocó la puerta blanca que daba entrada al amplio departamento del último piso, esperando fervientemente que el dueño de aquél lugar no hubiese salido. Minutos después un despeinado chico moreno y adormilado abrió la puerta, aún cerrando los ojos, para después abrirlos lentamente hasta que miraron sorprendidos la escena tras su puerta.
¿HARRY!
- Err… ¡Hola Dean…! Creo que… yo… tengo mucho que explicarte ¿Me permites pasar?
Después de intercambiar miradas con Harry, preguntando en silencio sobre la presencia de un rubio no esperado, Dean aceptó la entrada de los visitantes nocturnos.
Pónganse cómodos… no suelo recibir visitas a las tres de la madrugada, pero creo que aún puedo ofrecerles algo de beber ¿Gustan?
- Un café cargado – pidió Harry sumiendo su rostro entre sus manos.
- ¿Podrías traerme un té por favor? – Pidió amablemente Draco y Dean lo miró desconfiado.
- Sabes Dean… creo que te ayudaré a preparar ese café…
Mientras Harry y Dean estaban en la cocina del departamento Draco se dedicó a curiosear por aquí y por allá. Estuvo mirando algunas fotos que se movían, por alguna razón no lo asustaron, la mayoría le sonreía amablemente y lo invitaban a observar el paisaje que las rodeaba. Luego de mirar las fotos siguió caminando y llegó a un pasillo que conducía a lo que parecían las habitaciones. Había dos, en una la luz estaba encendida y la puerta medio abierta. La que seguía estaba cerrada. Draco supuso que en el departamento vivían dos personas, por las fotos, las habitaciones y el desorden…
Regresaba a sentarse en el sillón cuando de la cocina se escuchó el sonido de platos al caer y luego un grito que lo dejó aturdido.
¡HARRY JAMES POTTER TE HAS VUELTO TOTALMENTE LOCO¡¿CÓMO SE TE OCURRIÓ HACER SEMEJANTE LOCURA! SI EL MINISTERIO SE ENTERA QUE TIENES A MAL…. MGHLMM…
Un alarmado Harry tapaba con su mano la boca de Dean, quien trataba de seguir gritando, no lográndolo gracias a la presión ejercida. Después de un rato Dean se calmó y miró a Harry compasivo.
¿Y bien?
- ¿Y bien qué? Eres la primera persona a la que le cuento todo esto… la historia completa y verdadera, debo agregar. Ni Ron o Herm lo saben…
- ¡Merlín! Harry ¿Te has puesto a pensar que pasará cuando Draco recupere la memoria?
- No lo hará, es imposible… ya estuve investigando.
- Merlín, Merlín, Merlín – Decía Dean mientras caminaba en círculos por la pequeña cocineta – Está bien Harry, se pueden quedar aquí todo el tiempo que quieran… pero hay dos cosas que debes saber y que quiero pedirte…
- Tú pide, yo actúo.
- Tendrás que colocar protección sobre el departamento, si te localizaron en tu cabaña lo harán también aquí.
- No te preocupes, ya pensé en eso y sé exactamente qué debo de hacer – afirmó Harry con la cabeza.
- Y lo segundo es que debes saber que yo…
¡DEAN!
- ¡JAMES!
Harry salió corriendo de la cocina seguido por un Dean muy sonrojado.
No vivo sólo… - terminó Dean, siendo ya demasiado tarde. Harry miraba de un lado a otro alternativamente a las personas frente a él. Una era Draco, con cara de haber pasado un susto enorme. El otro era…
- ¿Neville?
- Yo… ¿Harry? No sabía… yo pensé que era Dean y… lo siento – Neville bajó la cabeza un poco avergonzado.
- ¿Qué hiciste Nev? – preguntó alarmado Dean.
- Me… me abrazó por la espalda y quiso besarme – concretó Draco igual de ruborizado que Neville.
Después de calmarse, los cuatro decidieron sentarse a hablar lenta, muuuy lentamente… Ahí Dean explicó la situación detallada: Vivía con Neville y, sí. Eran pareja. Cosa que sorprendió enormemente a Harry. Draco sólo miraba comprensivo a la pareja y no pudo evitar mirar de reojo a Harry, sí tan sólo pudiera comprender lo que sentía por él… si tan sólo lo aceptara… pero… no, imposible, ya se lo había dicho…
También les contaron entre los dos la razón de su visita, el ataque de los mortífagos y les pidieron refugio. Neville no preguntó más, al sentir un apretón de la mano de Dean comprendió que las dudas las tratarían después.
Al fin, una hora después de haber llegado al departamento los dueños del mismo se dirigieron a sus habitaciones a dormir, mientras Harry se encargaba de colocar los hechizos correspondientes al departamento y Draco lo observaba de cerca.
Terminé – suspiró ya casi al amanecer, cuando terminó los hechizos.
- ¿Crees que nos puedan volver a encontrar?
- Espero que no, Daniel…
Harry se acostó en un sillón y Draco se sentó en el piso frente a éste, recargando su cabeza en el pecho de Harry, escuchando su respiración y brindándole calor hasta que sintió que el moreno se había dormido.
¿Sabes algo? – Susurró aún recargado en su pecho – Nunca te podré decir esto de nuevo mientras estés despierto.
Después de un largo suspiro se levantó del piso y miró al moreno, que dormía ajeno a todo el universo a su alrededor. Se arrodilló nuevamente frente a él y con cuidado de no despertarlo rozó sus labios con los propios.
Te quiero.
Y no dijo más. Se limitó a mirarlo por un rato hasta quedarse dormido, en la aparentemente incómoda posición. Arrodillado en el piso, recargado en Harry. Lo que para cualquier persona hubiera resultado un martirio, Draco lo disfrutó, disfrutó la compañía del ser que más quería en el mundo, brindándole todo su amor, mientras éste dormía y no se daba cuenta todo lo que Daniel daría por él…
Y así los encontraron en la mañana unos desvelados Neville y Dean. No queriendo interrumpir la escena, prepararon el desayuno para cuatro. Eran las diez de la mañana cuando se decidieron – muy a su pesar – a despertar a los chicos. Mientras Neville despertó cuidadosamente a Draco, tomándolo por los hombros y removiéndole el cabello, Dean se encargó de mover a Harry hasta que abrió los ojos.
Hora de desayunar, Nev y yo hemos preparado algunas cosas, esperamos que les guste.
- Y que no les moleste comer en la sala, no hay mucho espacio en la cocina…
- Gracias chicos – agradeció alegremente Draco mientras tomaba un vaso de leche fresca que estaba en la mesa de centro y lo bebía con gusto.
Es Domingo, así que no tendremos muchas preocupaciones por hoy, pero mañana tendrás que ir donde los aurores Harry…
- Lo sé Dean y estaré más calmado para pensar fríamente quiénes eran esos mortífagos.
- Hoy es mi día libre también… ¿Gustan salir a algún lado? – preguntó Neville después de un largo silencio, para cambiar de tema.
Tanto Harry como Dean negaron con la cabeza, no se encontraban de humor. Sin embargo Draco miró con ilusión a Neville. No es que recordara las costumbres que tenía antes de perder la memoria, pero el único día que había salido de la cabaña había disfrutado del clima invernal y de la nieve fresca. Al parecer, y sólo al parecer, le gustaban los paseos.
Pero no estaba seguro si debía salir… interrogó con la mirada a Harry y recibió aprobación. Entonces se dirigió sonriente a Neville y ambos se decidieron por ir a dar un simple paseo y no alejarse mucho del departamento.
En cuanto Neville y Draco cerraron la puerta Harry y Dean se miraron con consternación.
Ahora me dirás lo que piensas, y quiero toda la verdad.
- Es peligroso Dean… le he tenido que colocar hechizos de protección también a Daniel… Draco. Pero no dudo que lo sigan buscando.
- ¿Tiene la marca¿Por eso lo buscan, por deserción?
- No la tiene Dean y me atrevería a decir que lo buscan por traición…
La historia que relató Harry a continuación fue corta y concreta. Había repasado los acontecimientos de los últimos días y había llegado a una conclusión. Los mortífagos que estaban en su casa no podían ser mortífagos en verdad. El ministerio había rastreado, gracias a su ayuda y revisado expediente por expediente en busca de la marca tenebrosa o cualquier posible relación de cada mago y bruja de Inglaterra. Los últimos prófugos habían sido detenidos por el mismo Harry. Esas personas fuera de su cabaña no podían ser mortífagos precisamente… pero podían estar ligados de alguna forma.
Y buscaban a Draco… así que también tenían que tener un vínculo con él. Repasó mentalmente: la mayoría de las personas que conocían de cerca de Draco estaban muertos, o en Azkabán. Eso limitaba las posibilidades, simplemente tenía que revisar los expedientes de la gente que seguía viva y libre y que tenía conexión con Draco.
Mientras se encontraba sumido en sus reflexiones, Dean había salido del departamento un momento, cuando regresó Harry lo notó muy asustado.
¿Qué ocurre Dean?
- Tienes que venir¡corre!
Neville estaba cansado, había tratado de rechazar los ataques de tres mortífagos – hombres, estaba seguro, por que tenían no sólo habilidad, sino también mucha fuerza. Había resistido ya demasiado para ser él solo y no podría más…
De pronto notó horrorizado que Draco estaba solo, del otro lado y frente a las dos mortífagas restantes. Analizándolas de cerca sabía que eran mujeres, tenían rasgos más delicados y eran más hábiles que fuertes.
Morsmorde.
Uno de los mortífagos, el más esbelto de los tres apuntaba al cielo, dejando la marca inequívoca de que ahí habían estado los mortífagos.
¿Terminaste? – habló el mismo mortífago dirigiéndose a una de las mujeres.
No hubo más conversación mientras dos mortífagos custodiaban a Neville el otro mortífago y una mortífaga custodiaban los alrededores. La que quedaba libre estaba a escasos metros de Draco, quien estaba en el piso después de la explosión producida minutos antes por los mortífagos.
Cuando la chica intentó acercarse fue repelida por una fuerza tremenda. Cayó en cuenta, debía ser un hechizo de protección – uno demasiado fuerte para haber sido lanzado por alguien normal. Maldijo a Potter en su interior, él era la única persona capaz de darle tal fuerza a un hechizo tan simple.
Hola Draco
Esa voz chillona no le agradó en nada, miró a la chica, ya no estaba asustado, sabía que un hechizo lo protegía, pero aún así la desconfianza y hostilidad eran patentes en sus ojos.
¿No me hablas? Qué curioso…
La chica se puso en cuclillas a una distancia prudente frente a Draco, a través de la máscara blanca como el marfil, resaltaban sus ojos, brillantes, resplandecientes.
Sólo quería decirte un par de cosas Draco, te hemos estado buscando y te estaremos vigilando… sin querer has hecho algo que ni cuando tenías memoria pudiste hacer – la chica río estruendosamente – Aprovecharemos la situación muy bien, no te preocupes… pronto terminará todo esto y podrás regresar con nosotros.
Draco volteó el rostro, le daban asco. ¿Regresar con ellos? Eso quería decir que había estado con ellos ¿Sería capaz de haber hecho tal cosa?
Te extrañamos Draco y te recuperaremos, no lo dudes… y ahora nos tenemos que irnos, pero no te preocupes, es cuestión de que Potter empiece a atar cabos y él mismo escribirá su condena.
Daniel la miró desafiante. Una cosa era amenazarlo a él, otra era amenazar a Harry.
¿Qué pasa Draco, por qué me miras así?
- Por que me das asco – contestó secamente el rubio y por un momento pudo ver la mirada de incredulidad y dolor que cruzó la máscara de la chica frente a él.
Te esperaremos pacientemente Draco, te esperaré pacientemente.
¡Vasta ya, larguémonos! – habló de nuevo el mortífago esbelto, que parecía ser el líder.
En un segundo los magos que los habían tenido amenazados desaparecieron. Segundos después Dean y Harry llegaron corriendo a la escena, la marca tenebrosa aún brillaba en el cielo invernal.
Daniel corrió a abrazar a Harry. Dean revisó las heridas de Neville. Nada que no pudiera solucionarse con una simple poción.
Los aurores no tardaron de llegar en cuanto detectaron la actividad de magia negra y mientras los más jóvenes miraban la marca oscura con curiosidad por primera vez, los más experimentados se notaban preocupados. En cualquier tiempo, esa peligrosa marca, era señal de que algo – no demasiado bueno, por supuesto – se aproximaba.
Los chicos regresaron al departamento inmediatamente. Harry tenía dos decisiones bien marcadas en su mente. La primera la llevó a cabo unos minutos después cuando desapareció para ir al ministerio a hacer sus declaraciones y mover palancas.
Por la magia de Merlín, era Harry Potter, el experto en inventar excusas para deshacerse de los líos en que se metía. Si había podido convencer al mismo Draco que no era Draco…. ¿por qué no iba a poder convencer al ministerio de encargarse de la situación sin tocar a Daniel?
Para su sorpresa el pequeño departamento de Dean tenía una chimenea, por la que llegó al Departamento de Seguridad Mágica. Media hora después le informaba al Ministro Wiggleworth de la situación.
Regresó a casa ya muy entrada la noche. Encontró a los chicos charlando aún, esperándolo para darles las noticias. Dean estaba en un sillón y frente a él Neville abrazaba con aprecio a Draco. Algo se removió un poco dentro de él, algo a lo que no le prestó atención. Había cosas más importantes en ese momento.
En cuanto lo vio entrar Daniel se levantó del sillón y fue hacia él. Harry lo rechazó amablemente, pero no por eso le dolió menos. En ese momento necesitaba más que nunca del apoyo de la persona que más quería. Necesitaba contacto físico, sobre todo, se sentía vulnerable, necesitaba un abrazo y el único que se lo había proporcionado en esa casa… Se devolvió al sillón para acurrucarse de nuevo con Neville, no se sentía seguro, pero por lo menos sentía compañía a su lado.
Harry no se molestó en sentarse, se limitó a narrar su encuentro con el Ministro.
A estas horas están buscando por toda Inglaterra a cualquier persona de la que tengamos la mínima sospecha de que sea mortífago. Sobre todo estamos enfocándonos en la gente que era más cercana a… mí - corrigió, justo antes de decir “a la familia Malfoy”.
Dean ordenó descanso para todos, había sido un día demasiado agitado. Tomó a Neville de la mano y se fueron a una de las habitaciones, ofreciéndoles a Harry y a Draco la que sobraba en el departamento.
Pero sólo es una cama… - observó Harry una vez que entró en la habitación.
- Y sólo la usaremos para dormir – sonrió Draco decaído.
Harry tomó una ducha antes de dormir, cuando regresó a la habitación Draco estaba dormido sobre las sábanas, al parecer había querido esperarlo, pero el sueño había vencido. Lo acomodó en la cama y lo arropó. Sólo le quitó una de las sábanas y con ella se fue a la sala, dispuesto a dormir ahí y dejarle la cama a Draco.
“Él necesita descansar más que yo” – se aseguró. Además… no era apropiado que durmiera con él después de la declaración del hacía unos días…
Harry durmió intranquilo. Aún le quedaba algo por hacer. Algo con lo que se sentiría totalmente seguro de que Daniel no correría ningún peligro. Se permitió sonreír después de tanta tensión.
No sabía que, en una habitación cercana un rubio tampoco dormía demasiado bien. Recordando las palabras que la mortífaga le había dirigido. Revolviéndose entre sus pensamientos, esperando que todo ese mal sueño terminara… No quería preguntarle nada a nadie, no sabía si Dean y Neville podrían responder a sus preguntas y la persona que sí podía – Harry – definitivamente aún no lo haría, no estaba listo para decirle toda la verdad.
Ni Daniel estaba listo para escucharla…
Al día siguiente pasarían un par de cosas importantes…
¡Hola! He tardado más en revisar el capítulo que realmente en escribirlo. Es que definitivamente no pude contactar a mi beta reader (Carito) sólo hablé con ella medio minuto en la mañana para avisarle que pasé mi examen final yay..!
Volviendo al tema, espero que el capítulo sea de su agrado. Tenía que compartir las tensiones de Harry con alguien y al mismo tiempo hacerme de una pareja ‘novedosa’ y quedó esto…
Por cierto y antes que me lo asesinen, Nev está en escena para abrirle los ojitos a Harry, no le va a robar al rubio para nada ;) (Pero sí lo hará pasar unos cuantos dolores…)
Y ya pasando a temas más alegres, muchísimas gracias a las personas que leen, me hace mucha ilusión llegar y toparme con comentarios. Eso da ánimos para escribir :P. Gracias a aquéllos que se toman un minuto más para dejarme comentario –los cuales contesto con muchísimo gusto – y también a aquéllos que se toman un par de minutos para leer anónimamente. Se aprecia mucho
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